Título: Agnes Grey
Autora: Anne Brontë
Editorial: Alianza Editorial
Páginas: 272
ISBN: 978-84-9104-225-9
Precio: 11,50 €
Sinopsis
Decidida a lograr su independencia económica y a ayudar en su casa, Agnes Grey, la hija menor de una familia venida a pique, se coloca como institutriz en la casa de la familia Bloomfield. Su juventud e inexperiencia, así como la crueldad de los niños con quienes le toca lidiar y la frialdad de sus padres, son una difícil piedra de toque. Pero su perseverancia la llevará a cambiar de casa en busca de mejores perspectivas. Con sus nuevos empleadores, los Murray, las condiciones tampoco son fáciles, pero Agnes, poco a poco, se abrirá camino
Opinión personal
No me podéis negar que lograr resaltar como escritora cuando tus hermanas son Emily Brontë y Charlotte Brontë, y cuando ambas han escrito “Jane Eyre” y “Cumbres Borrascosas” respectivamente, es cuanto menos un tarea un tanto ardua, a pesar de que Anne Brontë para mí es igual de brillante.
La popularidad de sus dos hermanas es tal hoy en día, que es lógico que Anne haya pasado más desapercibida.
Sin embargo, su “Agnes Grey” goza también de cierto renombre a pesar de no haber sido tan leída. Y no es para menos.
Es cierto que en ésta novela, nuestra protagonista, Agnes, termina trabajando de institutriz y eso es algo muy importante que tiene en común con “Jane Eyre”. Sin embargo, en cuanto a escritura, su pluma me recuerda mucho más, irónicamente, a la de Jane Austen. Mientras leía la novela, no podía evitar pensarlo. Son estilos similares y la mezcla final es encantadora.
Lamentablemente, no puedo decir que ésta novela pueda competir con alguna de Jane, porque Jane para mí es inimitable e inmejorable. Sin embargo, me mantuvo enganchada de principio a fin y la considero una obra de arte. Que prefiera, quizá, las otras novelas, no significa que ésta no me guste o sea de peor calidad. Ni mucho menos. Que a mí me guste más “La piedad” de Miguel Ángel, no significa eso que su bien famoso y conocido “David” no sea una auténtica obra de arte. Dentro de todo, “Agnes Grey” merece un enorme reconocimiento.
La protagonista da muestra de una mente tan abierta para aquellos tiempos, que no puede ser otra cosa que la herencia moralista de la propia escritora. En cualquiera de los casos, tanto Jane Austen como las hermanas Brontë abrieron caminos inexorables en el feminismo, tan necesario entonces como lo es ahora.
Que las mujeres sobre las que estas mujeres escribían se permitieran pensar como lo hacían, era algo tan impensable entonces, que gracias deberíamos dar todas por su atrevimiento.
“Agnes Grey” es para mí un libro que avanza lentamente pero sin pausa. Nunca se me hizo aburrido, pero tampoco leí con prisa porque la lectura no te la pide. Adoro cómo funciona la cabeza de ésta joven y hubiera dado lo que fuera porque el decoro y las normas sociales de aquella época no la hubieran impedido decir todo lo que pensaba en voz alta. En su difícil avance hacia una vida independiente a través de un trabajo digno, nos muestra como ciertas clases sociales que se vanaglorian de su estatus, son capaces de bajar a lo más bajo del ser humano y pisotear con su engreimiento y pomposidad cualquier tipo de moralidad. A través de su visión podemos ver la caricatura de esos personajes llevados por la avaricia y las apariencias, y cómo es obvio, que nada de todo eso otorga felicidad alguna.
Éste libro es para mí una clara declaración de guerra a las clases altas aristocráticas de la época, una crítica social muy fuerte, y sobre todo un forma muy, pero que muy, inteligente de hacer todo eso con la mayor elegancia y clase. Ésta obra es, de principio a fin, un alegato a la inteligencia, la desenvoltura, independencia y fuerza de la mujer.
Anne Brontë, y sus hermanas, y por supuesto Jane Austen (sabéis que no puedo evitar incluirla, a pesar de que el trío de hermanas no la tenía en muy alta estima), fueron las precursoras de un movimiento adelantado a su época y lo hicieron con tan buen gusto y tal sentido del humor, que lástima de todas nosotras por no poder leer más y más libros de ellas.
Lo que sí es cierto, es que las hermanas Brontë hablan de un mundo quizá más modesto al que Jane Austen nos acostumbra. Ya que es verdad que en sus novelas, las protagonistas pertenecen a una clase social acomodada dónde no les es necesario trabajar. Pero eso me encanta, porque tanto desde una perspectiva como la otra, las críticas sociales más mordaces llegan a nosotros a través de ellas.