Sinopsis

Normalmente, cuando acabo de leer un libro, suelo escribir la reseña ese mismo día, como muy tarde al día siguiente. Hace ya una semana que terminé esta tercera parte de “La Segunda Revolución” y aún no sé muy bien de dónde he sacado la fuerza para ponerme a escribir.

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Me leí las dos primeras partes de la saga del tirón, en cuestión de cuatro días. Son libros de casi quinientas páginas, y trabajando y estudiando, como es mi caso, os podéis imaginar la vorágine de aquellos cuatro días. Con este último no he querido dejarme llevar. De hecho me ha resultado casi imposible. Quería paladear cada página porque sabía que llegaba el final, por lo que le he dedicado toda una semana.

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Si habéis llegado hasta esta tercer parte de la saga, supongo que entendéis cómo se quedó mi corazón tras el final del segundo libro. No exagero sin os digo que releí las diez últimas páginas de ese libro como unas seis veces. Sin embargo, con este último, no sé muy bien qué siento aún, no sé muy bien qué me ha pasado.

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Creo que estoy en shock, creo que soy incapaz de asimilar que ya no hay más. Que se acabó. Incluso haciendo esfuerzos por no devorar el libro en cuestión de horas, incluso así, se me ha hecho demasiado corto, efímero. Y no puede ser, porque yo necesito más. No puede haber terminado.

Aquellas personas que me seguís en el blog, insta o el canal, sabéis el flechazo irremediable que he tenido con esta saga. Hacía muchos años que no me sentía así con unos libros y de pronto es como que ya está… Se ha terminado. Y no, no lo llevo bien.

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Sé que pensáis que llevo cinco párrafos quejándome de la vida y sin hablar del libro como tal, pero ¿yo qué hago? De alguna manera me tengo que desahogar.

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Siento que el ritmo de este libro es mucho más rápido que en los anteriores y eso está muy acorde con todos los sucesos que tienen lugar. Yo tengo que decir, sin desvelar nada de la trama, que Geo y Fer me han dado todo lo que necesitaba y quería. Aún así, y no es culpa suya, yo necesito más. No me he despedido aún, no estoy preparada.

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Ya os comenté en otra ocasión que algo que me ha sucedido con esta saga es que amo a todos los personajes protagonistas. En otros libros me suelen gustar mucho uno o dos personajes, aquí, sin embargo, todos me tienen encandilada. Aunque Enzo y Kastor, si tuviera que elegir, serían mis favoritos.

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Algo que este libro no comparte con los otros dos es el factor sorpresa. Me explico. En el primer libro tenemos el misterioso Heredero, que no sabemos quién es (además de otro secreto importante que no puedo mencionar por spoiler), y en el segundo tenemos la incertidumbre de quién será realmente el enemigo. En este último no hay realmente algo misterioso que desconozcamos, simplemente es el desenlace final de una alzamiento que hasta la última página no sabrás si termina bien o termina mal.

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Lo único que he echado en falta es saber qué sucede con dos personajes cuya historia se cuenta siempre de forma paralela a la de los protagonistas. Por todo lo demás, Fer Alcalá y Geo Costa han creado un universo digno de ser conocido en el mundo entero. Y yo sólo imploro, suplico y deseo que la saga se haga tan famosa aquí como en el extranjero y que terminen haciendo las películas. No se merece menos.