Sinopsis
Aquí os abro mi alma... mi corazón...
Mis oscuros secretos y los que me llenaron de luz en su momento.
Una guía de qué hacer y qué no.
Lo bueno y lo malo te llevan a ser lo que eres hoy.
En este libro me expongo. Me revelo.
Opinión personal
Cuando hablé con la autora para comprarle la novela, reconozco que lo hice sin saber que se trataba de una autobiografía. Eso no significa que de haberlo sabido no la hubiera comprado, ni mucho menos. Pero es cierto que lo compré porque me atraía la portada y porque, no os voy a engañar, casi todos los meses trato de comprar algún libro autoeditado. Ya sabéis, los que me conocéis, cuánto me importa apoyar la autoedición. Y aunque lo más correcto es comprar un libro sabiendo qué es lo que vas a leer, por una vez mi torpeza me hizo caer en manos de algo que no me esperaba y que me resultó ser muy inspirador.
Considero que leer biografías y autobiografías es algo siempre muy potente y poderoso porque te acerca a la intimidad de gente que, al fin y al cabo, te cuenta cómo ha sobrevivido a ésta aventura que llamamos vida. En mi caso yo siempre he leído biografías o autobiografías de personajes célebres a los que admiro. ¿Por qué? Pues por un lado, obviamente, está la curiosidad de saber más sobre ellos, y por otro, y para mí el más importante, me inspiran. Sí, porque yo también tengo sueños, también tengo aspiraciones, y leer éste tipo de libros me recuerda, casi siempre, que éstas personas son de carne y hueso y que no nacieron con una estrella en el paseo de la fama. Hay que trabajar y luchar como nadie para conseguir cualquier cosa que a uno le importe.
Pero claro, jamás había leído la autobiografía de alguien como yo. Alguien corriente que no sale en las noticias, las revistas, o las películas. Una persona de a pie, como lo somos cientos de miles de personas en la tierra. Porque, aunque es maravilloso leer sobre alguien que consigue superarse a sí mismo y triunfar mundialmente, leer sobre cómo alguien sobrevive simplemente a una vida no del todo justa, es aún más inspirador si cabe.
Aria nos abre su corazón y nos cuenta la historia de su vida, y permitidme que lo diga, sin florituras. Sin lágrimas y sin pena. Unas circunstancias, para nada favorecedoras, que ella ha sabido superar a su manera para poder seguir a flote. En la cotidianidad de las personas de a pie es dónde pasan cosas grandes.
Creo que lo que más me gusta de ésta autobiografía es el hecho de que la persona que está hablando, lo de hace desde un lugar en el que no hay autocompasión. Al contrario. Es cierto que cada persona es un mundo y, ante un suceso traumático, no hay una forma correcta de tomarse las cosas. Cada ser humano se siente de forma distinta ante una situación y no se puede categorizar la manera en que deben afrontarse dichos sucesos. Sin embargo, desde mi humilde opinión, creo que es algo muy curativo poder hablar de una misma sintiendo la suficiente compasión como para amarse y respetarse, pero sin caer en sentir tanta lástima de una misma que no merezca la pena seguir adelante. Porque lo que sí es cierto, es que quedarse permanentemente en el dolor es adictivo y a veces no ves la manera de salir. Que quede bien claro que no juzgo, ni mucho menos, a las personas que no han podido salir de situaciones tan feas. Para empezar porque ni siquiera deberían haber sufrido nada parecido. Yo misma no sé qué sería de mí si tuviera que vivir ciertas cosas. Quizá me consumiera hasta apagarme. Así que, mi intención no es juzgar a nadie ni jamás osaría pretenderlo. Sólo alabo la forma en la que la autora supo lidiar con ello.
Escribir es cuanto menos terapéutico. Aunque sea escribir un diario. Por lo que, escribir sobre una vida como la que ha tenido Aria, como bien he dicho antes, ha debido ser sanador para su alma. Yo creo que de estas cosas no se hablan si uno no está preparado para dar semejante paso. Y aún cuando lo da, el miedo debe ser terrible. Así que bravo por saber superarte, bravo por atreverte a hacerlo.